SOBRE EL 29 V DE 1969.

Por Carlos Lasso Cueva.

(este es el demiurgo de la crisis cultural del paisito.
aqui comenzò la mediocridad que ahora se vive.
¡Viva la revoluciòn populista y populachera del facilismo y la mediocridad acadèmica!
que entren todos, como en buseta, que atràs està vacìo).

(el facilismo acadèmico puesto de moda con la aboliciòn del examen de ingreso ha destrozado el nivel cultural del paìs y ha destruido varias generaciones de estudantes de secundaria: CLC.).

Gustavo Iturralde (ex-asesor de Lucio Gutiérrez y ex funcionario del actual gobierno), en declaraciones en el blog de la Juventud Comunista, de tendencia gobiernista, sobredimensiona la muy leve participación del PCE en la lucha de los bachilleres. Es cierto que las compañeras Espinosa participaron, pero a Gustavo Iturralde se le veía por la Casona muy derepentemente. Una vez a la semana iba un par de horas. Dice que el desalojo fue el 29 de Mayo a las 12 de la noche y eso es totalmente falso. a las 8 de la noche ya todo estaba consumado y la casona rodeada de paracaidistas.

Rarísimo que se equivoque en algo tan concreto. Como que quiere hacer aparecer al PC como adalid de ese movimiento y eso es falsear la historia: claro que no estuvo en contra, pero la iniciativa no fue suya y su influencia ahi fue muy débil. Dice que si habían armas en la Casona y que las sacaron a las 5 o 6 de la tarde, pero yo que permanecí ahi practicamente de planta jamás las vi. Esto es completamente falso. Habían dos compañeros que tenían pistolas pequeñas, eso era todo.

Se había rodado el rumor de que habían armas y por eso los paracaidistas entraron nerviosos, disparando al cuerpo, porque temían fuego contrario que no hubo. Supongo que la Inteligencia Militar tuvo a sus hombres investigando dentro de la Casona el asunto de si habian armas. He hablado con una persona que perteneciò en ese tiempo a la Inteligencia Militar y me ha dado su versiòn, que es equiocada. Estos investigadores no investigaron bien y sencillamente dieron un informe falso a las autoridades militares. Le aclarè a esta persona que yo no vi armas, y como consuelo exclamò que habian escopetas recortadas, que yo jamas vi.  El caso es que debido a este informe ridiculo y mal hecho los paracaidistas estaban seguros de que en el interior de la Casona la gente estaba muy bien armada y entraron nerviosos, disparando que daba miedo porque esperaban ser recibidos a tiros, cosa que no ocurriò.. No se encontraron armas. El Ministerio de Defensa y el alto mando castrense  estuvieron muy mal informados.

Los que mayor agitación realizaron para impulsar esa lucha que en ese momento me pareció justa pero que terminó masificando y destruyendo académicamente a la U. fueron el PCML, el PSR y el MIR. Eran políticos opositores al gobierno los que ayudaban a pagar, a veces, los remitidos de la FEUE en los diarios. Uno de ellos era Otto Arosemena Gómez y en menor proporción el propio Zavala Baquerizo. Carlos Julio Arosemena había cooperado parcamente en un par de ocasiones.
Una noche que se analizaba la falta total de fondos hasta para imprimir un manifiesto como hoja volante, peor como remitido en algún diario, propuse ir a visitar a Pedro Saad, que era el secretario general del Partido Comunista, para pedirle cooperación en ese frente. Vivìa en la calle Garcìa Avilès, cerca de la Casona. Convencì a los compañeros y fuimos a verle. Estuvimos ahi con él, en su casa. Por la ventanilla de la puerta de su departamento él me identificó (yo era de la JC en ese tiempo y le habia visitado antes algunas veces) y entonces nos dejó entrar. Esa actitud mía de llevar a varios vocales y al presidente de la FEUE  al domicilio de Pedro Saad la gente del Partido lo vió mal. Yo era un debutante en esas situaciones y procedí con la ingenuidad del caso. No hubo ninguna ayuda por parte del PC. Quien era presidente de la FEUE vive todavía al igual que otros compañeros que estuvieron en el departamento de Pedro Saad conmigo esa noche y no me dejarán mentir. La mayoría era más bien de tendencia pro-china.

Yo no estuve en la Casona en el momento del desalojo porque la noche anterior todos nos acuartelamos ahi y la Casona estaba repleta, ya que hubo un mítin velasquista en la Plaza de la Victoria conmemorando lo del 28 de Mayo de 1944, y se decía que la masa velasquista iba a venir a desalojarnos. Los compañeros de la FEUE esa noche me dieron la llave del candado de la reja, para que dejara entrar solo a gente conocida.

Por abrir a unos compañeros que venían perseguidos (la Casona estuvo rodeada de patrulleros de la policía esa noche, que lanzaron muchas bombas lacrimógenas) tuve un ataque de asfixia, pues al entrar corriendo, uno de ellos chocó conmigo y la llave del candado se me cayó al suelo y tuve que arrodillarme a buscarla con los ojos cerrados ya que el gas lacrimógeno en ese instante fue intenso: dos bombas reventaron dentro de la casona, a pocos metros de la puerta, y dos afuera. Encontré la llave, cerré el candado y entré corriendo, a ciegas y sin poder respirar respirar. Me dió un ataque de asfixia y me atendieron adentro, en el suelo. Me hicieron oler creo que mertiolate y me repuse en pocos minutos.

Al día siguiente, después de una asamblea de la FEUE, al mediodía, agotado, me fui a mi casa a dormir. Eso hizo la mayoría. Pasadas las siete de la noche, mi madre, que había estado visitando a una tía cerca de la Casona (en Colón y Boyacá) llamó para averiguar si yo estaba en la casa. Oyó mi voz y me repitio varias veces: «no vengas por acá, hay bala».

Me vestí corriendo y fui. En la calle Chile, por el correo, me encontré con algunos compañeros. Me informaron que todo lo del desalojo era ya un hecho consumado y que en ese instante no había nada que hacer. En efecto, caminé hacia la Casona y estaba rodeada por los paracaidistas. Iturralde  confunde la hora en que el desalojo ocurrió.

Las consecuencias de esa lucha sincera, no fueron buenas para la Universidad, fueron nefastas. En buena parte su crisis actual es consecuencia de la abolición del examen de ingreso. La U.se masificó y algunas facultades pasaron a ser simples fábricas de títulos. El nivel académico todos saben que se redujo radicalmente. Me consta que aparecieron aulas de primer año con más de cien alumnos. Asi era imposible alguna calidad académica.

La Universidad ecuatoriana avanzó a pasos acelerados para acercarse a ser de las peores del mundo y esto afectò mediocrizando el nivel cultural del paìs.

Yo quisiera saber, si en esas Universidades prestigiosas, que están consideradas entre las 100 mejores del mundo, se ingresa nomás masivamente, sin cumplir una serie de requisitos muy exigentes. Se sabe que ingresar en esas prestigiosas Universidades en muy dificil.  Acá en Macondo se tiene el concepto de que la Universidad debe aparar a todos los que se gradúan de bachilleres en esta República. Y como no hay otra salida para los bachilleres…la cuestión de la educación técnica es muy tangencial aqui,  el Estado no da a los jòvenes ninguna otra alternativa, no ofrece ninguna otra opciòn. De ahi nace la tesis de que no hay otro camino que ingresar en masa a la Universidad pública. Siempre digo: la naturaleza no repartió democráticamente la masa encefálica. Hacer demagogia en este punto es nefasto para la educación superior. El populismo académico destruye a la Universidad. No hay contenido revolucionario en eso: es puro populismo irresponsable y demagógico. Y eso es lo que aqui ha predominado.

A finales de los años 80 yo era columnista de diario EXPRESO y publiqué 3 artículos planteando el restablecimiento del examen de ingreso. En el tercero aparecieron ahi los nombres de algunas personas notables que participaron en esa lucha, y que en ese instante sostenían el mismo punto de vista mío al respecto. Recuerdo que me encontré con Solón Villavicencio, que estaba de Decano de Psicología, y me dijo que mis artículos estaban bien, que él estaba de acuerdo. Le pregunté si podía citarlo al respecto en un futuro artículo, y me autorizó a hacerlo. Lo hice. Su nombre es uno de los que ahi menciono, de personas que creían que abolir el examen de ingreso fue un error que costó muy caro a la Universidad y al pais. Todo el nivel cultural retrocediò, disminuyò.

Mucho después estuvo León Roldós de rector, e impuso el examen de ingreso económico, que fue aceptado; lo que el frente estudiantil más grande de la U. no aceptaba por nada del mundo era el examen de ingreso académico.

En las noches,. en la Vieja Casona, se formaban grupos de discusión. Estaban los compañeros del MIR, del PSR con Rafael Brito Mendoza que ese si a cada rato pasaba por ahi, contrario al caso de Iturralde que se aparecía muy poco. Habían grupos chiquitos, casi inexistentes, como Vencer o Morir. Estaban los del grupo de Coquín Alvarado que luego se fueron a Cuba secuestrando aviones. Y  los activistas del PCML. Iturralde como que quiere hacer pensar que todos los vocales de la FEUE eran gente del PC. y eso no era asi. Yo era de la JC y me fregaban la paciencia por este motivo, culpándome de la inanición del PC respecto a esta lucha. Todo el día me hacían bromas al respecto. Decìan que «el partido comunista es el partido burguès màs progresista del Ecuador».

Ahora, un sociólogo me pregunta si se trató de una lucha de masas, y la respuesta es NO. La noche del 28 de Mayo, cuando hubo la concentración velasquista en la plaza de la Victoria, el local de la Vieja Casona «se repletó». Se temía un ataque de la masa velasquista. Esa noche habrán habido ahi más de cien personas: un récord. La gente dormía encima del piano, de la mesa de sesiones del paraninfo, en las escaleras, en colchones de periódicos en el suelo, y algunos en la colchoneta del gimnasio (se empujaba una tabla y se entraba a ella: este secreto lo descubrió Vladimir Velasco y desde entonces solo tres entrábamos a dormir ahi). En las marchas frecuentes de la FEUE por el centro de Guayaquil siempre éramos los mismos, máximo una cuadra de personas. El local de la FEUE era un pequeño salón ubicado en la planta baja que se repletaba en las sesiones de discusión que eran los Jueves al mediodía. Ahi siempre llegaba por ejemplo Solón Villavicencio, que era socialista. Se veìa ahi a Napoleòn Medina, Cèsar Jàcome ( ya fallecido y que estuvo en Cuba donde hicimos estrecha amistad y coincidimos en varios puntos de vista sobre la vida en ese paìs),  a Gabriel Abad Franco, entre otros que recuerdo.

Cuando ocurre el desalojo meten presa a la gente. Les mandan en camiones a la Penitenciaría. nosotros les fuimos a visitar llevándoles cigarrillos (entonces conocí la penitenciaría, que estaba recién inaugurada y lucía holgada y limpia: uno de los compañeros detenidos, que luego se graduò de abogado, Leonidas Hidalgo,  nos presentó a «Chico Silencio» puesto que en esos dias todos se habian hecho amigos de èl y esto fuecmo a novedad de esos dias.. Estuvimos conversando con èl en su celda: me impresionò su serenidad.) …67 varones me parece que menciona Iturralde  más los seis muertos y el pequeño grupo de ejemplares compañeras, muy decentes y correctas todas ellas. Eso fue todo.

En esa época al Partido Comunista se le apodaba «bombero de la revolución» y era opuesto a la línea foquista del Che Guevara. Mal podía haber tenido gente armada dentro de la Casona como ahora da a entender Iturralde. Estaba alineado con la política exterior de la URSS que preconizaba la «coexistencia pacífica». A esa política el Che había criticado abiertamente, mereciendo por eso el veto de la embajada rusa en Cuba. En Bolivia el partido Comunista pro Moscú, cuyo secretario general se entrevistó con el Che en la selva, como él lo cuenta en su diario, no movió un dedo en apoyo de su lucha. Décadas después de la muerte del Che Guevara, ellos, que estuvieron absolutamente opuestos a la linea del Che y la combatieron, utilizan su imagen para conseguir simpatizantes entre los jóvenes. La URSS estaba muy desprestigiada en ese momento a nivel internacional por la entonces reciente invasión a Checoslovaquia, que Fidel Castro respaldò, cosa que nos dejò estupefactos.  Despuès vendrìa lo del «caso Padilla», que nos conmoviò profundamente.

En ese tiempo, el local de la empresa de leche INDULAC  estaba ubicada en la esquina Norte del antiguo «Asilo Mann», diagonal a la Casona, en el lugar donde luego funcionó el colegio «Enrique Gil Gilbert». Los tanqueros llegaban del Cotopaxi a partir de la una de la mañana. Adquirí la costumbre de ir cada noche, con un balde, a pedirle al chofer del primer carro que llegaba que me regale un poco de leche. Con el balde lleno regresaba y las compañeras (todas muy serias, cordialísimas, constructivas y honorables que luego perdí de vista por completo) que se quedaban hasta esa hora preparaban café con leche, pan y queso y todos nos servíamos. Asi fue como se me ocurrió la idea de llevarnos un tanquero a repartirlo en barrios pobres, marginales, del suburbio Oeste. Planteé la idea y la gente la aprobó. Llevamos a cabo este hecho y los nombres de los que en él participaron aparecen en el gogle, en la biografía que en 1994 me hizo Rodolfo Pérez Pimentel (apareció en el sexto tomo de su Diccionario Biográfico). Tal episodio consiguió primeras planas en los diarios. Recuerdo un titular a tamaño página en un vespertino: «ESTUDIANTES SE ROBAN TANQUERO DE LECHE INDULAC Y LO REPARTEN GRATUITAMENTE EN EL SUBURBIO».

Cuando tiempo después (en Octubre de 1971) llegué a Cuba, dos de esos compañeros fueron a visitarme en  la famosa «villa de El Siboney». Les pregunté si se acordaban de tal cosa y uno de ellos me contestó: «cómo no me voy a acordar, si creo que fue la cosa más grande que hemos hecho en la vida».

Durante el día iba mucha gente a la Casona. Novias a ver a sus novios, herman@s a ver a sus hermanos, padres y madres a ver a sus hijos, periodistas, simpatizantes, pesquisas (de seguro), pero no formaban parte del colectivo de lucha. Habían personas como Rene Maugé que con frecuencia iba a conversar, en las noches: luego de la masacre-como a la semana- nos volvimos a tomar la Casona y se imprimieron unos afiches denunciando el hecho y responsabilizando al gobierno de Velasco Ibarra. La policía me agarró junto a un compañero Riofrío, pegándolos por el colegio Borja Lavayen, que quedaba cerca. Estuve preso desde la madrugada de un Domingo de Junio hasta el siguiente Viernes, en que René Maugé me fue a sacar del calabozo en el cuartel Modelo, al atardecer. Esto recordé en público cuando fui invitado a dictar una conferencia en uno de los lunes cívicos, en los patios de esa unidad policial, el 7 de Agosto del 2001, con todo el personal de oficiales y tropa formado escuchando.

Una vez a la semana se le veía ahi a Solón Guerrero, que era el secretario General de la JC. Un dirigente de la FEUE me mandó a localizar a Pedro Saad Herrería en la Casa  de la Cultura, a decirle que concurra a la Casona para conversar de un asunto (creo que debe haber sido algo relacionado con su obra de teatro «29 de Mayo» que fue muy motivante); le vi, le di el mensaje, fui a mi casa a bañarme, comer,  y a cambiarme de ropa, y cuando regresé a la Casona Pedro ya estaba ahi. me vió y me dijo, humorísticamente: «parece que yo llegué primero»: en ese tiempo Pedro estaba dedicado a tratar de formar algo asi como  el Partido Nacional Anarquista.

Recuerdo haber visto varias veces, de visita, a Rafael Romero Bejarano, que era simpatizante del trotskismo: años después me prestó varios libros de Trotsky, entre ellos su «Historia de la revolución rusa». Una vez los dirigentes  de la FEUE nos mandaron al ahora Dr. Ricardo Ramírez (importante y antiguo dirigente del MPD) y a mi a hablar con el consejo estudiantil del «Vicente Rocafuerte», a invitarles que se integren a la lucha. Nos fue mal. No querían saber nada de la cosa. Como les increpé rudamente, casi nos linchan. se nos acercaron con esa intención unos veinte estudiantes de sexto curso, y nos rodearon agresivamente. y el presidente del Consejo intervino para evitarnos la paliza, y nos acompañó hasta la puerta, en medio de un montón de condiscípulos suyos que nos miraban con muy mala cara. Esto pone de relieve que la lucha estuvo aislada. No tuvo el apoyo del estudiantado secundario. La FESE era una muy pequeña organización.

Meses despúes de la finalización de esa jornada, todo volvió a la normalidad. Por cierto hostigamiento de los pesquisas algunos tuvimos dificultades. Y decidí irme a Quito. Fui a hablar con Manuel  Agustín Aguirrre, que estaba de Rector de la Universidad Central (en la JC se le tildaba de «marcusiano», porque se le atribuían afinidades conceptuales con Herbert Marcuse, quien planteaba que no era el proletariado sino los estudiantes y otros sectores la esperanza revolucionaria). Hice cita telefónicamente,  lo esperé a primera hora en la puerta del Rectorado y él llegó enseguida. Le saludé y se alegró de verme. Me condujo a su oficina y me pidió que le cuente todo lo que había pasado en la Casona. Me hizo varias preguntas acerca de la actitud mantenida por el Partido Comunista y algunos de sus dirigentes. Comentamos ampliamente la incidencia gravitante que tuvo el PCML. me averiguó sobre algunos militantes del PSR, del que era el fundador. Quería saber todo lo que ahi ocurrió y me estuvo interrogando muy amablemente por un par de horas. Y platicamos algo sobre la parentela común que teníamos. Le pedí que me concediera asilo por una temporada en la residencia universitaria, y enseguida dispuso que se me diera alojamiento en ella por tres meses. El director de ella era el Dr. Milton Burbano.

Me enfermé, mientras estuve ahi: me atacó una fuerte urticaria y estuve totalmente enrronchado. El médico de la residencia era un miembro del PSRE de apellido Moreno, quien me atendió. Me pusieron suero y organizó una fiesta en mi habitación para poder cuidarme. Ell@s bailando y bebiendo y yo ahi acostado con suero lleno de ronchas En esa temporada se celebraban los cursos de verano y habían bellas chicas de varios países alojadas en la Residencia. Una vez lo encontré en Guayaquil y lo detuve para saludarlo y agradecerle. Apenas se acordaba de mi. Estaba calvo ya.

La temporada de la huelga en la Vieja Casona tuvo aspectos interesantes desde el punto de vista cultural. Existencialmente fue una experiencia valiosísima. Yo era un perfecto debutante en este tipo de cosas al que le tocó pasar por esa experiencia que fue como una especie de símbolo de esa época en algunos aspectos. El año anterior habían habido en Europa las más grandes huelgas obreras del siglo XX y la llamada «revolución estudiantil» estaba en auge. En la Casona se habló mucho de Marcuse y un arquitecto lojano me prestó algunas cosas de este autor, entre ellas un libro recopilatorio que Agustín Cueva había editado en la Universidad Central. Recuerdo que Manuel de J. Real escribió un tiempo después en Vistazo que «Marcuse contribuyó a la confusión contemporánea». Tengo archivado este artículo (yo archivo todo).

Se podría decir, hiperbólicamente hablando, que la Casona se convirtió en una especie de Soviet estudiantil. No era, en verdad, tan asi la cosa. pero usemos el término para inducir esta idea.

En las noches se formaban grupos de diálogo y charla, discusiones, debates cordiales entre trotskistas y anarquistas, maoistas y foquistas, estalinistas y otros socialdemócratas. Empecé a oir nombres que jamás había escuchado: Miasnikov, la Kollontai, Victor Serge y Richard Serge (el espía de Rusia en Japón), Sartre…una noche apareció un ciudadano peruano que expuso larga y ampliamente sobre un libro de un alemán llamado Wolfgang Leonhard titulado «Hijo de la Revolución»…cuando estuve en Lima en 1974, alguien que conocí, de la tendencia maoista, me volvió a hablar de este libro de Leonhard, editado por Plaza James…en 1991, para mi cumpleaños, un amigo me lo trajo de regalo. Había encontrado esta importante obra en un puesto callejero de libros usados. Después, una novia que tuve encontró el libro en otra parte y también me lo trajo. Es una obra impresionante. Un testimonio apabullante de lo espantoso que fue el estalinismo. Muy en la línea de lo que el director de cine Costa Gabras contó en su película «La Confesión».

Una noche me escapé de la Casona para irme a ver en el cine Tauro una película que estaba de moda, con Clint Eastwood y Richard Burton («El desafío de las águilas»). No tenía plata y compré una entrada para la galería. Me senté en la primera fila. Cuando se acabó la primera película se encendieron las luces y opi que desde unas bancas atrás me llamaban. Di la vuelta y vi ahi a estimados compañeros participantes de la huelga en la Casona. Me abrieron sitio para que me siente entre ellos. Fue algo muy agradable y cálido esa nota de fraternidad y compañerismo.

Otra noche oí una discusión muy intensa y larga, apasionante, entre dos personas que nos ilustraron esa noche a un pequeño grupo de contertulios. Esos dos caballeros tenían un amplio conocimiento de la literatura ecuatoriana. Hablaron de la obra de Angel F Rojas, y citaron novelas que algunos si habíamos leído, como «los animales puros», de Pedro Jorge Vera. Pero ellos se fueron de largo por ese camino mencionando obras que por entonces me eran desconocidas como «El cojo Navarrete», «a la costa», «nuestro pan» (esta última recién la lei en 1975, en mis ratos de ocio, en una pre-cooperativa agrícula cecana a Bucay llamada Ventura)

Hubo un ejemplar de la biografía de Jean Paul Sartre que circuló entre algunos. Me la prestaron y la leí en tres días. Y circuló un ejemplar desvencijado de una obra de Pedro Kropotkin que también me hicieron la fineza de prestarme. Le faltaban un par de capítulos a esta obra pero aún asi era posible leerla con curiosidad y asombro. El título era «La conquista del pan».

En aquel tiempo el Partido Comunista tenía una pequeñísima librería en un cuarto alquilado en un edificio de la 9 de Octubre. Había una mesa y una percha semivacía. Estaba todo lleno de folletos de Lenin y Stalin que costaban desde el tan asequible precio de 0,30 centavos. Uno iba con dos sucres y salía con media docena de pequeños libros de estos dos autores. No había nada más que leer. Se nos super-adoctrinó con la teoría de la revolución en un solo país. Con esa perspectiva crecimos y vivimos. Mucho después, a fines de los años 70, empezamos a enterarnos de que esta tesis había sido un invento de José Stalin. Los clásicos pensaron de otro modo.

Habían libres pensadores de izquierda que solían ir en las noches a la Casona. Participaban en debates y se salían del coro unánime en cuestión porque no eran dogmáticos, se alejaban de las normas catequistas que estaban vigentes, y pronunciaban su iconoclastia. Empecé a oir hablar acerca de Rosa Luxemburgo y león Trotski. Estos nombres eran una blasfemia. El de Rosa no tanto pero el de Troski si. Un nombre maldito en las filas del estalinismo. Algunos han creido que yo me hice trotskista pero nunca fue asi. Desde el inicio de los 80 empecé a conocer recién el verdadero aporte de Rosa Luxemburgo, concretamente su teoría respecto del imperialismo, muy distinta a la de Lenin, al que refutó, aunque por acá de eso hasta el día de hoy se ha sabido muy poco.

Cuando concluyó la huelga yo ya había recibido un aceptable curso de teorías políticas. Hubo gente valiosa, inteligente, preparada, que tuvo su pequeña influencia en algunos de nosotros. Nunca les volví a ver. Algunos avanzamos a tener una inicial preparación como cuadros políticos luego de esos meses de huelga que en este sentido si fueron muy valiosos. En lo personal, entendí que jamás podría ser un seguidor de la Unión Soviética (en este sentido tuvo influencia un fuerte documento que publicó el MIR condenando la invasión a Checoslovaquia: este documento lo leí meses después, en Quito).

Entonces, entre los más jóvenes, estaba de moda el foquismo. Leímos la apología que escribió Regis Debray, al que definitivamente le prefiero como novelista (ver en este blog dos entradas sobre las novelas de Debray). Yo reconozco que oscilaba entre el foquismo y las tesis maoistas sobre la guerra popular. El foquismo era anti-partido. Me decanté por la teoría de la guerra popular, que estaba siendo aplicada en Vietnam, siguiendo las estrategias de ese genio militar que fue el general Vo Nguyen Giap. El original teórico de esta concepción fue Mao. La influencia de Mao duró hasta su muerte. Luego en ese país todo cambió.

Mi viaje a Cuba en Octubre del 71 fue una consecuencia directa de mi participación en la lucha «de los bachilleres» en la Vieja Casona. Recién a fines de los 70 rompí para siempre con el maoismo y el estalinismo. Abandoné a Lenin y les di la bienvenida a Rosa Luxemburgo, a Gorter, a Bordiga…a Anton Pannekoek…lo que no quiere decir que me haya vuelto consejista: en absoluto. En el camino leí el famoso libro de Munis separándose en 1942 de la IV Internacional. Fue el que mejor caracterizó hasta ese instante a la URSS definiéndola como Capitalismo de Estado. Es lo que hubo en los países detrás de la llamada «cortina de hierro».

Ahora veo esa jornada del año 69 como una lucha seguramente muy romántica y bien intencionada, pero muy errónea. La gente seria (incluyendo a Carlos Cueva Tamariz, que años después hizo declaraciones sobre el tema en la revista VISTAZO, en donde dijo: «los exámenes de ingreso a la Universidad son necesarios, en mi concepto. Se requiere un nivel mínimo de conocimientos y de capacidad para seguir estudios superiores»)  siempre defendió la necesidad de que se mantenga el examen de ingreso. Parra Velasco pensaba de la misma manera.

El tema se politizó de manera muy emocional, muy a lo indoamericano. Abolir el examen de ingreso era «revolucionario» y ahi se armó la fiesta, sin más análisis. El populismo ramplero de una izquierda sin la mínima visión histórica hizo el resto.

La abolición no elevó el nivel cultural del país. Sólo sirvió para formar profesionales mediocres , en una Universidad masificada que se convirtió en botín político. Tampoco coadyuvó a «acelerar el proceso revolucionario» como se creía: por el contrario, impuso el arribismo de conseguir un título de manera fácil para insertarse en el sistema y tratar de cambiar de clase social. Fue una herramienta que servía para tratar de arribar a la clase media pauperizada. El sub-proletariado la abarrotó con ese propósito. La causa de la justicia social no se benefició tampoco en lo más mínimo. Y en ella nunca más se volvió a hablar -con algunas excepciones- del rigor académico. Se convirtió en una deplorable Universidad tercermundista que sirvió para que los grupos hegemónicos, de la tendencia dominante en cada Facultad,  repartan chambas a sus militantes, sin importar para nada su nivel intelectual. Solo se habló, entonces, de algo inimaginable en una Universidad prestigiosa: de troncha. En este aspecto llegó a ser tierra de nadie. No se convirtió en una cantera de cuadros, ni en un polo de orientación social. En absoluto. Lo que se ganó en cantidad se perdió en calidad, pero eso no era lo que importaba. llegó a ser una de las peores Universidades del mundo y aún ahora algunos políticos de izquierda juegan demagógicamente  al populismo planteando el libre ingreso, que entren todos, como si fuera una buseta…»pasen, pasen, que atrás está vacío». La Universidad vista como una especie de club barrial democrático donde cualquiera puede entrar sin ningún requisito.

Las mejores y más prestigiosas Universidades del mundo no son así. Allá se vive el polo opuesto. En ellas se impone una gran exigencia  intelectual y académica, algo que por acá apenas es una esporádica excepción mal vista porque la consigna más o menos fue «libre ingreso, libre egreso». Asi se ha perjudicado a varias generaciones, y se ha contribuido a destruir a este pedazo de mundo que se llama Ecuador. El rigor académico en gran medida lamentablemente desapareció. La Universidad por esencia es selectiva y minoritaria…la naturaleza no repartió democráticamente la materia gris.

La crisis cultural que vive el país es una consecuencia de este episodio. Según estadísticas continentales que han circulado, en Ecuador se lee de promedio medio libro al año. El tema cultural a nivel estatal se convirtió hace tiempo en la quinta rueda del coche. Las ediciones de libros ahora son de 300 ejemplares. Ha crecido mucho el lumpen en todas sus variantes sociales, aunque esto no es tanto una consecuencia del 29 de Mayo: es una característica de esta etapa de descomposición y decadencia del capitalismo, forma parte integrante de la crisis civilizatoria que se la vive a nivel mundial. Estamos integrados en ese torrente gigantescamente mediocre en el que predominan las «cualidades» del lumpen de todos los estratos (André Gunder Frank ya habló de esto hace décadas). Es lo único que a ojos vistas se va consolidando en la cotidianidad cada vez más deplorable del tiempo de desintergración de valores que nos tocó vivir.
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31 de mayo 2019. ·

SOBRE LOS MUERTOS DEL 15 XI 1922 Y DEL 29 V 1969.

Acerca de la masacre del 15 XI 1922, los autores, estudiosos que han tocado el tema, han puesto distintas cifras de muertos. 400, 500, 800, 1500.
parece ser que el número de muertos depende de la imaginación de cada cual.
en el N° 80 de la revista de la U. de Guayaquil se publicó el discurso de Elías Muñoz Vicuña, incorporándose como miembro de la Academia Nacional de Historia. El habló sobre «El movimiento obrero: sus primeros pasos».
Investigó el número de muertos que hubo en la referida masacre, y mencionó sus nombres. Fueron 85 personas. Este dato está en la página 155 de esa revista.
participé en la toma de la Vieja Casona Universitaria de Guayaquil en Mayo del 69. Esa lucha empezó en Abril o antes, no recuerdo. La masacre ocurrió el 29 de Mayo.
La noche del 28 de Mayo todo el mundo se acuarteló en la Casona porque estaba programada una concentración velasquista en el parque de La Victoria. Se decia que hablaría el profeta y que los velaasquistas vendrían a desalojarnos. Pero esto no ocurrió.
Luego de la tensa noche, al día siguiente todo el mundo empezó a marcharse a sus domicilios a cambiarse de ropa, bañarse, almorzar. Muchos, como yo, deben haber dormido una larga siesta luego de la noche de vigilia.
La Casona fue rodeada por los paracaidistas al atardecer del 29 de Mayo. Querían matar gente, porque de no ser asi, habrían esperado 24 horas y la gente que en ese momento estaba ahi se hubiera rendido por hambre y se hubieran marchado a sus casas sin ningún problema. Pero la consigna era matar, y entraron a la bruta, disparando a todos los rincones. Creían que adentro había gente armada y muertos de miedo disparaban primero. Pero ocurrió que ahi nadie estaba armado.
A los que no mataron los llevaron presos a la penitenciaría del Litoral. Ahi estuvieron una semana aproximadamente. Les fuimos a visitar llevándoles cigarrillos.
Se supo que no había muerto nadie conocido. Nadie faltaba. Se supuso que fueron gente curiosa que entró a ver qué era lo que pasaba y les sorprendió la encerrona de los paracaidistas.
La gente vio sacar seis muertos. Fueron gente anónima que nadie habia conocido.
Cuando llegué a Cuba encontré ahi a varios compañeros que estuvieron en la huelga de la Casona. Nadie nunca aseveró lo que ahora estoy sintonizando en radio «Bemba»: que «el ejército mató a otros 34 y los enterraron en una fosa común». Este particular he desconocido por completo. Jamás escuché tal cosa.
Yo participé en esa lucha y, como consta en mi biografía, aparecida en el tomo VI del Diccionario Biográfico de Rodolfo Pérez Pimentel, protagonicé el famoso secuestro del tanquero de la lecha Indulac, que lo llevamos al suburbio, donde repartimos gratuitamente la leche. En esta biografía mia aparecen los nombres de los otros cinco compañeros que participaron en este hecho. Uno de ellos, con quien mantuvimos estrecha amistad en Cuba, falleció hace varios años.

Parece ser que hay gente que quiere demostrar que el número de muertos fue de varias decenas, para de ese modo hacer notar que aquello en que participaron fue una importante gesta histórica…algo que justifique sus vidas.
Hablé con Edwin Ulloa, un experto periodista, narrador y poeta, vinculadisimo al medio intelectual guayaquileño. y me dijo que decir 34 muertos «es una exageración».
Mientras más muertos hay más importancia adquiere la historia, según puedo notar. Es más digna de ser considerada «una gesta gloriosa».
Pero ahi se conoció solo de seis muertos en ese tiempo.
Ahora parece ser que «lo revolucionario» es elevar esa cifra, duplicarla, triplicarla, cuadrupicarla.
Asi que entonces nace la versión de que «el ejército mató a 34 más y los enterró en una fosa común». El que discrepe de esta cifra y de esta nueva versión amargará sus días en la tierra.

La abolición del examen de ingreso destruyó a la Universidad ecuatoriana. Despedazó su nivel académico, la convirtió en un repartidero eficiente de tronchas, y pasó a ser una de las peores Universidades del mundo, un lugar en el que hasta los puntajes en varios casos estaban integrados a la ley de la oferta y la demanda. Se impuso el facilismo académico en una mayoría de casos y la decadencia cultural que se vive a nivel social es una de las consecuencias lamentables de este hecho.

6 MUERTOS ES LA CIFRA QUE SE CONOCIÓ.
TODA LA VIDA SE SUPO Y SE DIJO QUE LOS MUERTOS FUERON 6 DESCONOCIDOS.
de la gente que participó en esa larga huelga, luego de la masacre, nadie faltaba. nunca se supo quienes fueron los muertos.
ahora hay una corriente revisionista hiperbólica. hay que elevar el número de muertos porque 6 no impresionan a nadie. si se quiere darle el carácter de gesta hay que elevar el número de muertos a toda carrera.
ayer conversé con un periodista. escuché, atónito yo, que «ahi murieron mas de cien».
Varios de los que participaron destacadamente en esta cuestión estuvieron en Cuba en mi tiempo. siempre se manejó el número 6. pero ya asomó la versión adicional que otros 34 fueron enterrados en una fosa común. el año que viene esa cifra se elevará a 50. y asi…después otro escribirá un artículo dentro de un lustro, y dirá que fueron 150.

En esa temporada siempre, a la 1 de la mañana, empezaban a llegar los tanqueros de la leche Indulac, ubicada diagonalmente a la casona.
Yo iba siempre con un balde a pedirle al señor chofer que me hiciera el favor de llenarlo. Una noche se me ocurrió la idea de coger el primer camión, secuestrarlo y llevarlo al suburbio, para repartir ahi gratuitamente la leche.
Propuse la moción y luego de un larguisimo debate ultra-científico de más de una hora esta fue aceptada.

fuimos con el tanquero a dos barrios suburbanos. los moradores hicieron colas de una cuadra para recibir la leche. ese dia esto fue primera plana en la prensa vespertina. la gente de los barrios pobres miró con simpatía este hecho.

los nombres de los que participaron en este hecho aparecen en la biografía que me hizo Rodolfo Pérez Pimentel y que apareció en 1994 en el sexto tomo de su Diccionario Biográfico. Uno de ellos, con quien mantuve estrecha amistad en Cuba, murió hace varios años.
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DICE JUAN PAZ Y MIÑO:
La masificación se agudizó en 1969, cuando fueron abolidos los exámenes de ingreso para las universidades, a consecuencia de las activas movilizaciones de los bachilleres en las calles, en las que murieron varios jóvenes, por la represión en Guayaquil. De acuerdo con distintos estudios de la época, esa supresión contribuyó al deterioro de la calidad académica de las universidades públicas. La politización y el izquierdismo, si bien convirtieron a las universidades en antenas sociales del país, igualmente afectaron la rigurosidad en los estudios.

Carlos Enrique Lasso Cueva
yo participè en la huelga del 69 pero creo que el resultado de esa jornada fue la destrucciòn completa de la Universidad ecuatoriana. el rigor acadèmico se fue a Flandes. Y se convirtiò en una de las peores Universidades del mundo, productora de profesionales requete mediocres. Desde ahi empezò a bajar el nivel intelectual del paìsito hasta llegar a los tiempos actuales en que eso es una cosa deplorable, lamentable. Nadie asocia la crisis cultural del paìs con el bajo nivel acadèmico de la Universidad pùblica del Ecuador. La calidad acadèmica se extirpò y advino el facilismo absoluto. Eso ha repercutido en la educaciòn secundaria, con un profesorado mediocre  que jamàs lee un libro, salido de una Facultad sin ninguna exigencia acadèmica: ajeno al rigor acadèmico.
 «libre ingreso-libre egreso».
Ante la masificaciòn y creaciòn de muchas nuevas aulas se fue en el camino contratando a quien sea para que dicte clases, al primer pana mediocre que aparecìa. Pero tenìa que ser mediocre caso contrario no se le contrataba. Y asi se ha marchado durante medio siglo. la gente se acostumbrò a lo fàcil y esto ha repercutido negativamente en el drama cultural de esta Repùblica, y en la calidad de la educaciòn secundaria, de la que es preferible ni hablar. Ahi todo està perdido.

Una Universidad desvinculada por completo de la marcha del paìs, de la sociedad. Productora de profesionales, repartidora de tìtulos.
Ajena a la problemàtica de un paìs subdesarrollado.
Divorciada de todo plan estructurado en base a la necesidad objetiva de la sociedad. En Guayaquil hay 18.000 abogados. ¿Han visto algo màs absurdo? Y los sigue produciendo irresponsablemente porque ese es su «sistema».
Es una entidad ajena a la realidad nacional.Llegamos a que hay un superhabit de abogados y etc…la Bahia de Guayaquil està repleta de abogados e ingenieros comerciales.
Es una U en severa crisis. La soluciòn es cerrar definitivamente la U dos años y dejar cerradas una dècada varias facultades. Y reabrir todo restableciendo el examen de ingreso y renovando totalmente el plantel de profesores.
Para ingresar en la U de la Habana yo debi dar examen de ingreso. En Cuba no ingresa cualquier retrasado mental a la U. Serà doloroso pero por esencia la Universidad debe ser elitista y selectiva.  Desgraciadamente la naturaleza no repartiò democràticamente la masa encefàlica. Se debe tener un determinado coeficiente intelectual para seguir estudios superiores RIGUROSOS.
La Universidad Tècnica Particular Abierta de Loja tiene prestigio porque ahi el estudio es duro, y su profesorado, de muy buen nivel, tiene un lema: «AQUI NO SE GRADÙA CUALQUIERA».
En La Universidad Pùblica en cambio se gradùa todo el mundo. Esa es la triste diferencia de nivel acadèmic

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o.William Guzmán
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Para citar un ejemplo de quienes se quejan del examen ser bachiller. En EE.UU. país que muchos admiran u odian (o ambas a la vez) para entrar a la Universidad todos los estudiantes de secundaria no dan un examen único para ser aceptado en una universidad en Estados Unidos. Cada institución establece sus propios estándares o normativas de admisión. Por ejemplo, existen pruebas como el GRE, GMAT o TOELF. Cada texto de preparación tiene mínimo 700 páginas. Y como si fuera poco, toman en cuenta las calificaciones y condiciones de cada solicitud de manera individual.

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Hector Quevedo

La narración responde a hechos ciertos, testigo y partícipe en pocos casos. No sé si decir si el propósito fue bueno, pero, las consecuencias fueron desastrosas y que, gravitan hasta hoy en día.
Carlos, felicitaciones ya que, en una espectacular narrativa pormenorizada haces un recuento que nos pones en condiciones de espectadores como si estuviera proyectando una película.


Edwin Ulloa:

Excelente referencia conmemorativa del 29 de Mayo. Te agradezco por la mención de mi nombre. Todo lo que escribes es un relato de una persona que participó activamente en los hechos. Lo de Iturralde es cierto, lo del resto de cabezones tambien. Creo que nos conocíamos contigo en esa epoca por la mención que haces del del cura Romero. En esa epoca eramos compañeros  inseparables con él, Jack Defrank, Mauricio Soriano y Lola Quijano. Aparte de ellos mi cercanía con Quili Gil y Alba Calderón me aproximó a Enrique Gil. Todo esto amerita una muy amplia charla sobre otras cosas que no deben ventilarse por este medio. Estoy convencido de que tienes una deuda con la literatura: todo lo que tienes escrito en tu blog sobre aquellos tiempos da para una novela. Deberías seleccionar lo pertinente y revisarlo.

 

Galo Vallejos Espinosa

· Adolescentes sin ninguna o poquísima formación política formal -como la enorme mayoría de adultos- votan. Muchísimos basan su decisión en un meme. Los bachilleres, tanto provenientes de colegios privados como públicos, llegan a la universidad con enormes y hasta insalvables vacíos en Ciencias Sociales. El tiempo que se toma en clase para explicar determinados hechos históricos y sus contextos es considerable. ¿Qué hacer?Es altamente improbable que en las aulas colegiales reciban, desde los últimos años de Educación Básica y durante todo el bachillerato, mayor cantidad de carga horaria en Historia Universal y del Ecuador, además de materias como Ciencia Política, Economía, Principios de Derecho. Si no las reciben en su educación formal, y se dedican a actividades «lucrativas» y por fuera de las humanidades, difícilmente a lo largo de su vida se enterarán, como sucede con adultos actualmente. Dependerá por ahí si los padres los incentivan; en las mismas redes existen abultadas páginas de historia y hechos acerca del desarrollo de la humanidad, autores, teorías,etc. Pero, repito, es muy improbable que, sin un poderoso incentivo, el ciudadano comun joven tenga la posibilidad de alfabetizarse polícamente, pero es urgente. Lo ha sido por años…

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HAY UNA IGNORANCIA DESLUMBRANTE, ABUNDANTE, DESPROPORCIONADA, COLOSAL, BRUTAL, GENEROSA, BABILONICA, IMPERIAL, TUMULTUOSA., GARRAFAL, DEPRIMENTE , CONTRARREVOLUCIONARIA

pregunten a cien personas en la calle si es que han leido EL MANIFIESTO COMUNISTA..

.pregunten si han leido EL SANTO DEL PATIBULO

pregunten si han leido ENTRE LA IRA Y LA ESPERANZA

pregunten si han leido 7 ENSAYOS DE INTERPRETACION DE LA REALIDAD PERUANA

pregunten si han leido HISTORIA DEL MOVIMIENTO OBRERO ECUATORIANO.

pregunten si han leido PACHO VILLAMAR

pregunten si han leido LAS CRUCES SOBRE EL AGUA

pregunte si han leido EDUCACION Y LUCHA DE CLASES

pregunten si han leido ECUADOR: DRAMA Y PARADOJA….

Y ASI SUCESIVAMENTE.

3 comentarios en “SOBRE EL 29 V DE 1969.

  1. uy interesante artículo sobrela lucha estudiantil por el libre ingreso. Es verdad que se quería únicamente ingresar sin la suficiente proeparación, pero la represión también fue terrible, son cosas que quisiera que nunca se vuelva a repetir. Interesante su lucha. Me gustó aquellos del asalta al carro de leche para repartir a un barrio pobre, muy buena cosa en su época juvenil.- Las contradicciones de los partidos de izquierda es lo que nunca a posibilitado la unidad, ni el verdadero cambio que todos anhelamos. Todo lucha por pequeñas parcelas de poder, pero muchos izquierdistas han caído en las mismas prácticas aberrantes de la derecha.- Yo en mi juventud era militante de la juventud comunista, pero no sabía nada de política, un amigo me reclutó, pero lo que me gustaba mucho eran los artículos literarios, los poemas, sobre todo de Pablo Neruda, de quien después de largo tiempo supe que era también comunista; es mi poeta amado y preferido, lo leía desde mi niñez.- El periódico era «Juventud Rebelde» . Yo en aquella época recién cursaba el segundo año de secundaria, yo nací en Cañar me eduqué aquí hasta terminar la secundaria, luego me trasladé a Cuenca a la Universidad Estatal y seguí Derecho. El Doctor Carlos Cueva Tamariz fue mi profesor de Derecho Laboral, excelente y muy bondadoso. Aquí en la Universidad conocí y aprendí mucho de la política, y preferí la corriente de izquierda, nunca me afilié a ningún partido, pero si mis ideales los mantengo siempre en la izquierda. Gracias por enviarme sus historias, sus poemas, por ser mi buen amigo vitual.

  2. Brillante, totalmente ajustado a la realidad de los acontecimientos, de la lectura del artículo de la autoría del poeta Carlos Lasso Cueva he podido notar la existencia de un elevado nivel político-cultural entre muchos de los estudiantes que participaron en la toma de la Casona Universitaria en Mayo de 1969.

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